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viernes, 27 de mayo de 2016

PALABRA Y VIDA DEL VIERNES 27/05/2016




Tiempo Ordinario/8° Salterio 4° Semana. Tomo III
Viernes 27 Mayo











Santos Agustín de Canterbury ob,
Bruno oh, Bárbara Kim y Bárbara Yi mrs

Papa Francisco: [Al llegar no encontró más que hojas]. Hemos sido llamados por Dios y llamados para permanecer con Jesús unidos a Él. En realidad, este vivir, este permanecer en Cristo, marca todo lo que somos y lo que hacemos. Es precisamente la «vida en Cristo» lo que garantiza nuestra eficacia apostólica y la fecundidad de nuestro servicio: Soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca" (in 15,16). _







PALABRA: Después que la muchedumbre lo hubo aclamado, entró Jesús en Jerusalén, derecho hasta el templo, lo estuvo observando todo y, como era ya tarde, se marchó a Betania con los Doce. Al día siguiente, cuando salió de Betania, sintió hambre.Vio de lejos una higuera con hojas y se acercó para ver si encontraba algo; al llegar no encontró más que hojas, porque no era tiempo de higos. Entonces le dijo: «Nunca jamás coma nadie de ti». Los discípulos lo oyeron. Llegaron a JerusaIén, entró en el templo y se puso a echar a los que traficaban allí, volcando las mesas de los cambistas y los puestos de los que vendían palomas.Y no consentía a nadie transportar objetos por el templo.Y los instruía diciendo: «¿No está escrito: "Mi casa se llamará casa de oración para todos los pueblos"?Vosotros, en cambio, la habéis convertido en cueva de bandidos». Se enteraron los sumos sacerdotes y los escribas y, como le tenían miedo, porque todo el mundo estaba asombrado de su doctrina, buscaban una manera de acabar con él. Cuando atardeció, salieron de la ciudad. A la mañana siguiente, al pasar, vieron la higuera seca de raíz. Pedro cayó en la cuenta y dijo a Jesús: «Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado». Jesús contestó: «Tened fe en Dios. Os aseguro que si uno dice a este monte:"Quítate de ahí y tírate al mar", no con dudas, sino con fe en que sucederá lo que dice, lo obtendrá. Por eso os digo: Cualquier cosa que pidáis en la oración, creed que os la han concedido, y la obtendréis.Y cuando os pongáis a orar, perdonad lo que tengáis contra otros, para que también vuestro Padre del cielo os perdone vuestras culpas».


ORACIÓN:
1Pedro 4,7-13; Salmo 95,10-13 • MARCOS 11,11-26 
SEÑOR, si tu casa es casa de oración, mi persona -templo de Dios- es sagrada y no puedo dedicarla a lo que me aparta de ti. Tú quieres que dé fruto, de lo contrario podría ocurrirme como a la higuera. ¡Ten misericordia de mí! La fe me une a ti y pone mi vida a tu servicio y al servicio y reconciliación de los hermanos, con la confianza plena de que jamás me dejarás de tu mano. (Sigue tu oración personal).











PALABRA Y VIDA DEL JUEVES 26/05/2016





Tiempo Ordinario/8° Salterio 4° Semana. Tomo III
Jueves 26 Mayo










Santos FELIPE NERI pb, Mariana de Jesús Paredes vg,

Pedro Mártir Sans ob mr, Felicísima mr

Papa Francisco: «Maestro, que pueda ver». ¡Qué hermosa misión la de dar luz al mundo! El cristiano debería ser una persona luminosa, que lleva luz, que siempre da luz. Una luz que no es suya, sino que es el regalo de Dios, es el regalo de Jesús. Y nosotros llevamos esta luz. Si el cristiano apaga esta luz, su vida no tiene sentido: es un cristiano sólo de nombre, que no lleva la luz, una vida sin sentido. Pero yo quisiera preguntaros ahora: ¿cómo queréis vivir? ¿Como una lámpara encendida o como una lámpara apagada? ¡Lámpara encendida! Es precisamente Dios quien nos da esta luz y nosotros la damos a los demás. Esta es la vocación cristiana.





PALABRA:
Al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego Bartimeo (el hijo de Timeo) estaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar:
«Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí». Muchos le regañaban para que se callara. Pero él gritaba más: «Hijo de David, ten compasión de mí». Jesús se detuvo y dijo: «Llamadlo». Llamaron al ciego, diciéndole: «Ánimo, levántate, que te llama». Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le dijo: «¿Qué quieres que haga por ti?». El ciego le contestó: «Maestro, que pueda ver». Jesús le dijo: «Anda, tu fe te ha curado». Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.

ORACIÓN:
1Pedro 2,2-5.9-12; Salmo 99,2-5 • MARCOS 10,46-52

SEÑOR, yo también soy ciego cuando no veo lo que tú ves, y solo tú puedes curarme. Dame la conciencia de que soy ciego como Bartimeo y necesito la fe luminosa en tu poder y tu amor. Yo te repito mil veces con él, haciendo de su grito la oración del corazón: Jesús, hijo de David, ten misericordia de mí, que soy un pecador. ¡Cuántas gracias me has concedido! ¡Cuántas gracias tengo que darte, hoy y cada día! (Sigue tu oración personal).





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