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viernes, 17 de junio de 2016

PALABRA Y VIDA DEL VIERNES 17/06/2016







Tiempo Ordinario/ 11° Salterio 3° Semana. Tomo III
Viernes 17 Junio









  Santos Teresa de Portugal re, Avito ab,
Domingo Nguyén y co mrs
                                                                                                                                                                                                                                                  
Papa Francisco: «No atesoréis tesoros en la tierra». Es un consejo de prudencia. Mira que esto no sirve de nada, no pierdas el tiempo. Son tres los tesoros de los cuales Jesús pone en guardia. El primer tesoro es el oro, el dinero, las riquezas. Dime: un euro más ¿te hace más feliz o no? Las riquezas son un tesoro peligroso. Si tú las acumulas como un tesoro, te roban el alma. El segundo tesoro es la vanidad, es decir, buscar tener prestigio, hacerse ver. «Tu belleza acabará por ser comida por los gusanos» (S. Bernardo). El orgullo, el poder, es el tercer tesoro que Jesús indica como inútil y peligroso. Si tu tesoro está en las riquezas, en la vanidad, en el poder, en el orgullo, tu corazón estará encadenado allí, tu corazón será esclavo de las riquezas, de la vanidad, del orgullo. Un corazón libre se puede tener sólo con los tesoros del cielo: el amor, la paciencia, el servicio a los demás, la adoración a Dios.



PALABRA:
Dijo Jesús a sus discípulos: «No atesoréis tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen, donde los ladrones abren boquetes y los roban. Atesorad tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que se los coman, ni ladrones que abran boquetes y roben. Porque donde está tu tesoro allí está tu corazón. La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras.Y si la única luz que tienes está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!».

ORACIÓN:
2Reyes 11,1-4.9-18.20; Salmo 131,11-14,17-18 • MATEO 6,19-23
SEÑOR, ¿alguien ha visto un cortejo fúnebre en el que detrás del féretro vaya la furgoneta de mudanzas con las pertenencias del muerto? Es una locura pensar que la tierra  abarca toda la dimensión de la existencia humana, y todo nuestro afán ha de ser acumular tesoros aquí. El Papa lo dice más suave, pero no menos contundente: Atesorar tesoros en la tierra. . . Mira que esto no sirve de nada, no pierdas el tiempo. El corazón lo tenemos para tesoros de verdad, no para falsos dioses. Te doy gracias, Señor, por la luz que arrojan tus palabras sobre mi vida y mis intenciones. ¡Purifícalas con tu Misericordia! (Sigue tu oración personal).

No atesoréis tesoros en la tierra.

Atesorad tesoros en el cielo.








PALABRA Y VIDA DEL JUEVES 16/06/2016









Tiempo Ordinario/11° Salterio 3° Semana. Tomo III
Jueves 16 Junio








Santos Quirico y Julita mrs, Lutgarda vg, Aureliano o b



Papa Francisco: Dar al pueblo lo más grande, la riqueza más grande: la misericordia del Padre,
el perdón. «Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden». En estas palabras del Padrenuestro está todo un proyecto de vida basado en la misericordia. Ia misericordia, la indulgencia, la condonación de la deuda, no es sólo algo devocional, privado, un paliativo espiritual, una especie de óleo que ayuda a ser más suaves, más buenos, no. Es la profecía de un mundo nuevo: misericordia es profecía de un mundo nuevo, en el que los bienes de la tierra y del trabajo se distribuyen equitativamente y nadie se ve privado de lo necesario, porque la solidaridad y el acto de compartir son la consecuencia concreta de la fraternidad. 




PALABRA:  
Dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que lo pidáis.Vosotros rezad así: "Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro de cada día, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno". Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas».

ORACIÓN:
Eclesiástico 48,1-15; Salmo 96,1-7 • MATEO 6,7-15
SEÑOR, nos sales al paso de alguna duda que puede surgir: ¿Por qué pedirle algo a Dios, si ya conoce lo que necesitan sus hijos? Primero nos dices categóricamente, en este y en tantos pasajes evangélicos: "Vosotros rezad". No para que se entere Dios de lo que le digamos o Oímos, sino porque la oración es la fe hecha palabras dirigidas a Dios, y sin fe no hay vida cristiana. Segundo, nos dices cómo hemos de orar: no con muchas palabras, como si intentáramos embaucar A DIos, Y tercero, nos das, fruto de tu Misericordia, la mejor oración, el Padrenuestro, compuesto por ti: quien mejor conoce lo que el Padre desea escuchar, quien mejor sabe lo que el hombre necesita, quién mejor sabe cómo poner en contacto a los hijos con el Padre. Ah, y cómo ha de estar limpio el corazón de desamor, odio y rencor, para que la oración sea escuchada. (Sigue tu oración personal).






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