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viernes, 2 de septiembre de 2016

PALABRA Y VIDA DEL JUEVES 01/09/2016






Tiempo Ordinario/22° Salterio 2° Semana. Tomo IV
Jueves 01 Septiembre








Santos Josué AT, Gil ab, Sixto ob, Vicente ob

Papa Francisco: Jesús, en la barca, pidió a Simón remar mar adentro y echar las redes. Esta petición era una prueba para Simón, porque acababan de regresar después de una noche de pesca fallida. Simón es un hombre práctico y sincero, y dice inmediatamente a Jesús: «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada». Con valor, sale de sí mismo y elige fiarse de Jesús. Dice: «Bah, está bien: Por tu palabra, echaré las redes». ¡Atención! No dice: con mis fuerzas, con mis cálculos, con mi experiencia de experto pescador, sino «por tu palabra», por la palabra de Jesús. Y el resultado es una pesca increíble, las redes se llenaron, en tal medida que casi se rompieron.


PALABRA:
La gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret.Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Rema mar adentro, y echad las redes para pescar». Simón contestó: «Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos pescado nada; pero, por tu palabra, echaré las redes».Y, puestos
a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: «Apártate de mí, Señor, que soy un pecador».Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían pescado; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres». Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

ORACIÓN:
1Corintios 3,18-23; Salmo 23,1-6 • LUCAS 5,1-11
SEÑOR, como Pedro, soy un pecador, indigno de estar a tu lado. Pero tú has venido a salvar a los pecadores y tu Misericordia elige a los pescadores de hombres. Sigue junto a mí, te necesito para seguir pescando, para seguir viviendo. Sólo por tu palabra, echaré las redes: contigo conseguiré los frutos espirituales imposibles de lograr lejos de ti. Aquí me tienes, cuenta conmigo, que yo cuento contigo. (Sigue tu oración personal).








PALABRA Y VIDA DEL MIÉRCOLES 31/08/2016







Tiempo Ordinario/22°Salterio 2° Semana. Tomo IV
Miércoles 31 Agosto








Santos Ramón Nonato '<José de Arimatea y Nicodemo

NT, Dominguito del Val mr, Beato Pedro Tarrés y co mrs


Papa Francisco: [Los que tenían enfermos se los llevaban; y Jesús, poniendo las manos sobre cada uno, los iba curando]. Estamos entre las llagas de Jesús. Aquí está Jesús oculto en estos muchachos, en estos niños, en estas personas. En el altar adoramos la Carne de Jesús; en ellos encontramos las llagas de Jesús. Jesús oculto en la Eucaristía y Jesús oculto en estas llagas. ¡Necesitan ser escuchadas! Deben ser escuchadas por quienes se dicen cristianos. El cristiano adora a Jesús, el cristiano busca a Jesús, el cristiano sabe reconocer las llagas de Jesús.' hoy, todos nosotros, aquí, necesitamos decir: «Estas llagas deben ser escuchadas».




PALABRA:
Al salir Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón. La suegra de
Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron que hiciera algo
por ella. Él, de pie a su lado, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose enseguida, se puso a servirles. Al ponerse el sol, los que tenían enfermos con el mal que fuera se los llevaban; y él, poniendo las manos sobre cada uno, los iba curando. De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios». Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías. Al hacerse de día, salió a un lugar solitario. La gente lo andaba buscando; dieron con él e intentaban retenerlo para que no se les fuese. Pero él les dijo: «También a los otros pueblos tengo que anunciarles el reino de Dios, para eso me han enviado».Y predicaba en las sinagogas de Judea.



ORACIÓN:
1Corintios 3,1-9; Salmo 32,12-15. 20-21 • LUCAS 4,38-44
SEÑOR, me admira la actitud de la suegra de Pedro: la salud que le devuelves no es para quedarse pasivamente, sino para ponerse a tu servicio. Es lo que tú quieres que  haga cuando recibo tantas cosas buenas que me llegan de tu Misericordia. Pon tus manos sobre mí y cúrame de esas fiebres, origen de tantos males espirituales, líbrame del egoísmo y seré testigo valiente de tu amor a los demás, a quienes quiero servir porque tú estás en ellos. (Sigue tu oración personal).

La gente lo andaba buscando.




Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego dice al discípulo: «Ahí tienes a tu madre».Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa.
Juan 19,25-27










PALABRA Y VIDA DEL MARTES 30/08/2016




Tiempo Ordinario/22° Salterio 2a Semana. Tomo IV
Martes 30 Agosto





Santos Juana Jugan vg, Félix y Adauto mrs,

Margarita Ward mr. Beato Alfredo Ildefonso Schuster ob

Papa Francisco: [Había un hombre que tenía un demonio]. ¿Qué ocurre cuando no se edifica sobre piedras? Sucede lo que ocurre a los niños en la playa cuando construyen castillos de arena. Todo se viene abajo. No es consistente. Me viene a la memoria la frase de León Bloy: «Quien no reza al Señor, reza al diablo». Cuando no se confiesa a Jesucristo, se confiesa la mundanidad del diablo, la mundanidad del demonio.






PALABRA:
Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados enseñaba a
la gente. Se quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad. Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo, y se puso a gritar a voces: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios». Jesús le intimó: «¡Cierra la boca y sal!». El demonio tiró al hombre por tierra en medio de la gente, pero salió sin hacerle daño. Todos comentaban estupefactos: «¿Qué tiene su palabra? Da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen». Noticias de él iban llegando a todos los lugares de la comarca.

ORACIÓN:
1Corintios 2,10b-16; Salmo 144,8-14 • LUCAS 4,31-37
SEÑOR, mientras tus paisanos de Nazaret querían despeñarte, los de Cafarnaún estaban encantados con tu doctrina, avalada por los milagros. Yo sé que tú eres el Santo de Dios  -y me llena de gozo- y sé lo que quieres de mí: que escuche o lea tu Palabra, que cada día me llega con tu Evangelio. Hacerla vida en mí ya es otra cosa: sólo podré con tu Misericordia y la gracia de tu Espíritu, que me dé la victoria sobre el maligno. (Sigue tu oración personal).














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