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martes, 21 de junio de 2016

PALABRA Y VIDA DEL MARTES 21/06/2016





Tiempo Ordinario/ 12°Salterio 4° Semana. Tomo II
Martes 21 Junio










Santos LUIS GONZAGA rl, Ramón de Roda ob, José Isabel Flores pb mr, Radolfo ob


Papa Francisco: El que juzga se convierte en un derrotado y no puede no terminar mal, porque la misma medida se usará para juzgarle a él, como dice Jesús en el Evangelio de Mateo. El juez soberbio y suficiente que se equivoca de lugar, porque toma el lugar de Dios, apuesta por una derrota. Y ¿cuál es la derrota? La de ser juzgado con la misma medida con la que él juzga. Porque el único que juzga es Dios y aquellos a quienes Dios les da el poder de hacerlo. Los demás no tienen derecho de juzgar, por eso hay confusión, por eso existe la derrota. La derrota va más allá, porque quien juzga acusa siempre. Exactamente lo opuesto de lo que Jesús hace ante el Padre: Jesús jamás acusa sino que defiende. Él es el primer Defensor. Después nos envía al segundo, que es el Espíritu. Jesús es «el defensor»: está ante el Padre para defendernos de las acusaciones.



PALABRA:
Dijo Jesús a sus discípulos: «No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozaros.Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la Ley y los profetas. Entrad por la puerta estrecha. Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos».


2Reyes 19,9b-11.14-21.31-35a.36; Salmo 47,2-4.10-11 •
MATEO 7,6.12-14

SEÑOR, lo que me dices hoy es tan de sentido común, está tan claro, que no puedo comprender cómo no es norma constante de mi vida. Me doy cuenta de que me equivoco» muchas veces y no acierto a pasar por la puerta estrecha de la Misericordia, del
Amor y de la humildad, para portarme con los demás como quiero que ellos se porten conmigo. Si miro mi vida, veo que tú, sin mérito alguno mío, me tratas como el mejor hermano, como el más fiel amigo.  Dame esa apertura de corazón, esa misericordia y generosidad, para tratar así a los demás. (Sigue tu oración personal).

Tratad a los demás

como queréis que ellos os traten.




PALABRA Y VIDA DEL LUNES 20/06/2016









Tiempo Ordinario/ 12° Salterio 4° Semana. Tomo II
Lunes 20 Junio








Santos Florentina de Cartagena vg ab, Metodio ob,
Juan de Mateola ab


Papa Francisco: Quien juzga se equivoca siempre, porque se pone en el lugar de Dios, que es el único juez: ocupa precisamente ese puesto y se equivoca de lugar. Cree tener el poder de juzgar todo: las personas, la vida, todo. Y con la capacidad de juzgar considera que tiene también la capacidad de condenar. Está tan obsesionado de eso que quiere juzgar, de esa persona que esa pajilla no le deja dormir. Y repite: «Pero yo quiero quitarte esa pajilla». Sin darse cuenta, sin embargo, de la viga que tiene él en su propio ojo. Si queremos seguir el camino de Jesús, más que acusadores debemos ser defensores de los demás ante el Padre. Ve a rezar y defiéndelo delante del Padre, como hace Jesús. Reza por él.



PALABRA:
Dijo Jesús a sus discípulos: «No juzguéis y no os juzgarán; porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Déjame que te saque la mota del ojo", teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita; sácate primero la viga del ojo; entonce, verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano».


ORACIÓN:
2Reyes 17,5-8.13-15a.18Salmo 59,3-5.12-13 • MATEO 7,1-5
SEÑOR, ¡cuánta filosofía de la vida, y humanidad hay en tus palabras! Los clásicos griegos dejaron escrito:"Júpiter puso sobre nuestros hombros unas alforjas con dos aberturas: en la abertura delantera están los defectos ajenos y las virtudes propias; en Ia de la espalda, las virtudes de los otros y los defectos propios". Por eso vemos más rápidamente los pecados de los demás que los propios. Con toda verdad, te digo con el Salmo 50: Dios mío, misericordia. Yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado; en la culpa nací, pecado me concibió mi madre. Lava del todo mi delito, limpia mi pecado. (Sigue tu oración personal)

No juzguéis

y no os juzgarán.







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