Jueves 7 ABRIL
Santos JUAN B. DE LA SALLE pb,
Teodoro oh, Germán José ph, Pedro Nguyén Van Luu ph mr
Papa Francisco: [El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra]. Nosotros cristianos vivimos en el mundo, plenamente incorporados en la realidad social y cultural de nuestro tiempo, y es justo que sea así; pero esto comporta el riesgo de convertirnos en «mundanos», el riesgo de que «la sal pierda el sabor», como diría Jesús. Tendría que ser al contrario: cuando en los cristianos permanece viva la fuerza del Evangelio, ella puede transformar «los criterios de juicio, los valores determinantes, los puntos de interés, las líneas de pensamiento, las fuentes inspiradoras y los modelos de vida» (Pablo VI). Es triste encontrar cristianos que ya no son la sal de la tierra, y sabemos que cuando la sal pierde su sabor ya no sirve para nada. Su sal perdió el sabor porque se entregaron al espíritu del mundo, es decir, se convirtieron en mundanos.
PALABRA:
Dijo Jesús: «El que viene de lo alto está por encima de todos.
El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que
viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica la veracidad de Dios. El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él».
ORACIÓN:
Hechos 5,27-33; Salmo 33,2.9.17-20 • JUAN 3,31-36
JESUCRISTO, yo creo firmemente que tú eres el Hijo de Dios, el Señor. Por eso espero la vida eterna, que ya ha comenzado. Todo lo ha puesto el Padre en tus manos: también mi vida y mi salvación. Todo lo bueno es fruto de tu infinita Misericordia. (Sigue tu oración personal).
El que Dios envió habla las palabras de Dios,
porque da el Espíritu con medida.