Martes 9 de FEBRERO
Santos Apolonia vg mr, Miguel Febres rl, Sabino ob, Rainaldo ob. Beatos Leopoldo de Alpandeire rl, Ana Catalina Emmerick mj
Papa Francisco: Su corazón está lejos de mí]. los fariseos dijeron a Jesús: «¡Mira lo que hacen tus discípulos!
Quien hace eso, va contra la ley y mancha el alma, porque no cumple la ley». Y Jesús responde: «No mancha el alma lo que tomamos fuera. Ensucia el alma lo que viene de dentro, de tu corazón». Y creo que nos hará bien, hoy, pensar no si mi alma está limpia o sucia, sino pensar en lo que hay en mi corazón, qué tengo dentro, que yo sé que tengo y nadie lo sabe. Decirnos la verdad a nosotros mismos: ¡esto no es fácil! Porque nosotros siempre buscamos cubrirnos cuando vemos algo que no está bien dentro de nosotros, ¿no? Que no salga a la luz, ¿no? ¿Qué hay en nuestro corazón?
¿ hay amor?, Pensemos: ¿amo a mis padres, a mis hijos, a mi esposa, a mi marido, a la gente del barrio, a los enfermos? ... ¿amo?¿hay odio? ¿Odio a alguien?
PALABRA:
Se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas). Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: «¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores?». Él les contestó: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hípócritas, como está escrito: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos". Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres».Y añadió: «Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición».
1REYES 8,22-23,27-30, SALMO ,83,3-5.10.11 • MARCOS 7,1-13
SEÑOR, como me quieres de verdad, me invitas a que te siga con todo mi ser, no sólo de palabra falaz. Está en juego mi vida eterna. Y ya desde ahora quiero vivir a tu lado, para impregnarme de tu santidad y disfrutar, desde ya, de tu Misericordia y de tu amistad fiel y eterna. (Sigue tu oración personal).