miércoles 25
Sta. Catalina de
Alejandría, m.l
Gonzalo; García
XXXIV del T.O.
2° del salterio
Dan 5,1-6.13-14.
16-1723-28 /
Sal Dan 3,62-67/
Lc 21,12-19
Lucas 21,12-19
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio. Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».
La persecución llamará a la puerta
Jesús nos habla claro: la persecución llegará a vuestras vidas y vuestra palabra no será bien acogida, sobre todo si choca con los intereses partidistas de los poderosos. Pero no temamos. Él nos dará «palabras y sabiduría». Hemos de estar atentos a esas dos clases de persecuciones: la persecución que se produce por nuestra fidelidad al evangelio, a la misión que Dios nos ha encomendado; y la persecución que se debe más bien a nuestras culpas, a nuestras infidelidades. En la primera, seremos mártires; en la segunda, provocaremos el escándalo. Lo más bello de esta página del evangelio es saber y sentir que el Señor está a nuestro lado, que nos defiende y nos sostiene. En nuestras manos queda la perseverancia, seguir siempre los pasos del Maestro.
¡Señor Jesús, mi fuerza y mi fracaso eres Tú! ¡Mi herencia y mi pobreza! ¡Tú, mi justicia, Jesús, mi guerra y mi paz! ¡Mi libre libertad, mi muerte y vida, Tú!