"Me siento feliz cada vez que mis dos niñas me toman por sorpresa con un abrazo y me dicen: 'Te queremos mucho, mami'."
¡Claro que pueden!
Estos son algunos de los comentarios de una encuesta entre padres solos de todo el mundo. Muchos de ellos —en su mayoría mujeres— dijeron anhelar el respaldo que únicamente un cónyuge afectuoso puede brindar.* Con todo, sus sinceras respuestas reflejan el hecho de que han logrado adaptarse a las circunstancias.
"A menudo tengo la satisfacción de ver que mis hijos agradecen las cosas que hago por ellos. A veces me dan un dibujo que ellos mismos hicieron o regalitos así. Esos detalles compensan con creces todos los sacrificios."
En ocasiones, cuando estoy triste uno de mis hijos me rodea con sus brazos, me da un beso y me dice: 'Te quiero'."
¿Cómo han logrado estos padres ajustarse a su realidad y cumplir con éxito su ardua labor? En las siguientes páginas analizaremos sus sugerencias, así como algunos de sus errores. Además, veremos los principios básicos que les permitieron salir adelante. Si usted está criando solo a sus hijos, esperamos que encuentre ideas prácticas para llevar a buen término su misión, pero también para disfrutar el proceso. Esta tarea es sin duda todo un desafío en el mundo incierto y cambiante en el que vivimos.'
Nos concentraremos en seis aspectos. Cómo pueden los padres solos...
1, Recibir el apoyo necesario
2. Obtener mejores resultados al comunicarse
3. Establecer el orden debido de prioridades
4. Fijar límites claros
5. Inculcar valores sanos en sus hijos
6. Hacerle un sitio a Dios en la familia
* La vasta mayoría de los padres solos son mujeres, circunstancia que se refleja en la presente serie de artículos.
# Muchos de los principios aquí expuestos son aplicables también a las familias convencionales.
1 Pida apoyo:
"Tenemos amigos extraordinarios que nos brindan cariño y apoyo; son como de la familia." (LIZAAN, MADRE DE DOS ADOLESCENTES)
El desafío. "Para mí, el mayor desafío es lidiar con el agotamiento y la constante falta de tiempo", comenta Alina, que tiene dos niños. Su caso no es la excepción, sino la norma. Esa es la razón por la que muchos padres solos han tejido una red de apoyo, es decir, cuentan con un grupo de personas a quienes pueden recurrir con completa libertad en caso de necesidad.
Sugerencias. Pida la colaboración de familiares y amigos que sean de confianza. ¿Por qué no elabora una lista de personas a quienes pueda llamar cuando necesite transporte, apoyo emocional, una reparación en casa o que le cuiden a sus hijos? No olvide mantenerla actualizada. Investigue, además, qué entidades del gobierno u organismos de ayuda pueden brindarle asistencia.
Renata, —dice ella—. Cuando mis dos niñas tenían nueve años, las tres contrajimos influenza, y ni siquiera podía hacerles de comer. Pero tan pronto como la congregación se enteró, empezaron a turnarse todos los días para traernos comida." Este tipo de detalles nos recuerda lo que dice la Biblia en 1 Juan 3:18:
Pida la colaboración de familiares y amigos que sean de confianza
"Hijitos, no amemos de palabra [...], sino en hecho y verdad".
¿Podría prestar ayuda el otro padre? Si el padre que no tiene la custodia de los hijos —generalmente el hombre— ha sido autorizado para visitarlos, y si es responsable y está dispuesto a colaborar, ¿por qué no compartir responsabilidades? Después de todo, los hijos necesitan pasar tiempo con ambos padres.*
Enseñe a sus hijos a cooperar. Si les asigna tareas adecuadas para su edad, se hará un gran favor a usted y también a ellos, pues les dará las herramientas necesarias para llegar a ser adultos responsables y trabajadores.
Si sus hijos quieren hablar con usted, trate de dedicarles tiempo
Aprenda a comunicarse mejor
"Yo he aprendido a escuchar, a escuchar y a escuchar. No importa que me esté cayendo de cansancio."
(MIRANDA, DE SUDÁFRICA)
El desafío. "Mi gran reto —dice Cristina— es estar con mi hija no solo físicamente, sino también mental y emocionalmente, sin importar lo que tenga que hacer o lo agotada que esté."
Sugerencias. Mantenga abiertas las líneas de comunicación. Elizabeth comenta: "Dándoles el ejemplo, he logrado que mis cinco hijos sean más comunicativos conmigo. Además, los animo a hablar entre ellos y a nunca irse a la cama si están peleados. Saben que en la casa está prohibida la ley del silencio".
No se desconecte de lo que le dicen sus hijos. Lyanne escribe: "Cuando mi hijo era pequeño hablaba como una cotorra, así que yo simplemente me desconectaba. Pero luego, cuando llegó a la adolescencia, dejó de hablar. Allí me di cuenta del error que había cometido. Me esforcé mucho —demasiado, quizás— por derribar el muro que nos dividía. Hablé con un anciano de mi congregación, y me recomendó que me tomara las cosas con más calma y que tratara de iniciar conversaciones con mi hijo poco a poco; seguí su consejo y, lentamente, las cosas comenzaron a mejorar".
Sea paciente. Eclesiastés 3:7 dice que hay un "tiempo de callar y [un] tiempo de hablar". Dulce, madre de tres hijos, recuerda: "Si mis hijos no estaban de humor para conversar, me aseguraba de que supieran que podían venir en el momento en que lo quisieran". Así es, en vez de forzar la comunicación, foméntela con cariño y paciencia. Eso es lo que recomienda la Biblia: "Los planes de la mente humana son profundos como el mar; quien es inteligente los descubre" (Proverbios 20:5, Traducción en lenguaje actual).
Sea "presto en cuanto a oír, lento en cuanto a hablar" (Santiago 1:19). Lizaan señala: "Tuve que aprender a morderme la lengua cuando mis niños me contaban sus problemas, a contenerme de dar consejos precipitados y a medir mis palabras aunque el asunto me alterara". Leasa, que tiene dos hijos, escribe: "No siempre he sido la mejor para escuchar; a veces, los problemas de mis hijos me parecían insignificantes, así que tuve que aprender a ponerme en su lugar".
"Que sus conversaciones sean siempre agradables." (Colosenses 4:6, El libro del Pueblo de Dios.) Lyanne dice: "A fin de no romper las líneas de comunicación, he tenido que hacer un verdadero esfuerzo por conservar la calma, incluso cuando la situación es seria".
Si no consigue controlarse, podría perder los estribos y empezar a gritar, lo cual es perjudicial en muchos sentidos (Efesios 4:31).
¿Puede prestarle ayuda a una madre sola?
Por ejemplo, los gritos pueden hacer que un niño se encierre en sí mismo o que desarrolle problemas de conducta. "Los niños son como almejas —comenta Heidi, madre de una adolescente—. Si les hablas con cariño, abren su `caparazón', pero si les gritas, lo cierran y allí acaba la comunicación. En la puerta de la nevera tengo pegado el dibujo de una almeja abierta para nunca olvidarlo."
Conozca a sus hijos. Yasmin comenta: "Mis dos hijos son muy distintos. Uno es extrovertido; el otro es más retraído. La experiencia me ha enseñado que con el retraído es mejor no tocar ningún tema de manera directa. Es mejor hablarle mientras estamos haciendo otra cosa, como jugar un juego de mesa, o mientras está contándome algo que le llama la atención. En esos momentos le pregunto discretamente qué piensa sobre cierto asunto".
A veces, un niño puede sentirse incómodo hablando con su madre de algunos temas privados. Eso le sucedió al hijo adolescente de Mi-sao. "Tú no entiendes de esas cosas", le decía. ¿Qué hizo ella? Pedirle ayuda a un hermano maduro de su congregación que era de toda su confianza. "El hermano se convirtió en su consejero, y ahora mi hijo está más tranquilo", comenta Misao.
No confunda los papeles de padre y amigo. Iwona, madre de dos hijos, cometió el error de convertir a su hija adolescente en confidente. Aunque sabía que no estaba bien, no pudo evitar caer en la trampa. Sin embargo, con el tiempo corrigió su equivocación. Otra cosa que los padres no deben olvidar es quién es la autoridad en casa. Es lógico que desee tener una relación afectuosa con sus hijos, pero si mantiene su dignidad y se comporta con madurez y equilibrio, a ellos les será más fácil ser respetuosos con usted y seguir el mandato bíblico: "Hijos, sean obedientes a sus padres" (Efesios 6:1, 2).
"[Ame] a sus hijos."(Tito 2:4.) Para los niños, el amor es tan vital como el agua y el alimento. Confírmeles a menudo que los ama, de palabra y obra. A cambio, ellos estarán más dispuestos a hablar con usted y a obedecer sus normas y, además, se sentirán más seguros.
Maki, madre de dos hijos, escribe: "A veces, cuando voy llegando a casa del trabajo arrastrándome del cansancio, me encuentro con que alguien ha dejado en la puerta algo para cenar y una tarjeta. En una ocasión, la tarjeta decía: 'Bienvenida a casa. Debes de estar agotada'. Se me salieron las lágrimas y le di gracias a Dios". Si usted conoce a una madre sola que está luchando por criar a sus hijos, ¿por qué no la felicita por sus esfuerzos y se ofrece a ayudarla de vez en cuando?* Podría, quizás, cuidar a sus hijos o llevarlos a la escuela.
Un problema típico de las madres solas es la falta de compañía. ¿Ha pensado en invitar a alguna de ellas y a sus hijos a comer en casa o a pasear? Siempre hace falta una "familia extendida", y quizás la suya sea la ideal. Además, las familias que cuentan con ambos padres ofrecen una ventaja adicional: el esposo puede servirles a los hijos de la madre sola como una figura masculina que imitar.
Haga una lista de las madres solas que conozca y hable con su familia sobre cómo ayudarlas.
Establezca el debido orden de prioridades
"Siempre estaba exhausta. Me pasaba todo el tiempo pensando en cómo equilibrar el trabajo, la crianza de mis hijos, las actividades espirituales, los quehaceres de la casa y el descanso.
El desafío. Miranda comenta: "Mi mayor desafío como madre es tener que trabajar fuera y, además, cubrir todas las necesidades de mis dos hijos —las físicas, las emocionales y las espirituales— sin la ayuda de un esposo".
Sugerencias. Determine qué cosas son verdaderamente importantes para usted y sus hijos y conviértalas en sus prioridades.
Luego, haga todo lo posible por atender dichas prioridades y aprenda a administrar su tiempo y recursos de un modo que le permita lograrlo. Para ilustrarlo: la salud de sus hijos es importante, así que emplee el dinero que tanto le ha costado ganar para comprar alimentos nutritivos. Eso es mejor que gastarlo
Emplee el dinero que tanto le ha costado ganar para comprar alimentos nutritivos.
Eso es mejor que gastarlo después en médicos
después en médicos. Antes de ir al supermercado, elabore una lista de lo que necesita; así se protegerá de tirar el dinero en compras impulsivas. "Me gusta la buena cocina", asegura Roberto, que vive en Estados Unidos con sus cuatro hijos. Y añade: "Pero al hacer las compras aprendí a concentrarme, no en lo que me gustaría cocinar, sino en lo que realmente necesitamos para cada día".
Coman juntos por lo menos una vez al día
Deshágase de las cosas que ya no usa: libros, ropa, aparatos electrónicos... Como escribió una madre sola: "Mientras más cosas, más estrés: mientras más tienes, más hay que limpiar y reparar. La clave para simplificar tu vida es tener menos".
Acostumbre a sus hijos a dejar todo ordenado todas las noches. No deje que el hogar se salga de control. Esa disciplina les enseñará a cuidar su habitación y el resto de la casa. Obviamente, el ejemplo que usted lé añadirá peso a sus palabras.
Aunque tenga un horario muy apretado, es imprescindible que pase tiempo con sus hijos; pero no breves ratos —el llamado tiempo de calidad—, sino lo más que le sea posible. Recuerde: sus hijos necesitan su tiempo y su atención (Deuteronomio 6:7).
Coman juntos por lo menos una vez al día, y asegúrese de que todos pasen un rato agradable. "Nosotros elegimos la cena —dice Colette, madre de tres hijos que vive en Francia—, pues ya todos estamos en casa. Aprovechamos la ocasión para estrechar nuestra relación y fortalecer nuestra espiritualidad. La cena ha sido y sigue siendo una ocasión muy especial para la familia."
Fije límites claros
"Criar hijos sola no es fácil, sobre todo cuando llegan a la adolescencia y sienten la presión del mundo para rebelarse." (DULCE, DE SUDÁFRICA)
El desafío. La Biblia predijo que en "los últimos días" los hijos serían "desobedientes a los padres" (2 Timoteo 3:1,
2). Sugerencias. Tome en cuenta que, como dice la educadora Maite Vallet, "el niño necesita orden para realizar su proyecto de vida. El orden en su horario y en su entorno le proporciona seguridad". Barry G. Ginsberg, psicólogo infantil y familiar, explica que, "cuando existen límites claros, las relaciones mejoran y causan menos estrés". Luego apunta: "Cuanto más claros sean los límites, cuanto mejor expresados estén, más armoniosa será la vida familiar".
¿Qué puede usted hacer en este campo? Sea firme y cumpla su palabra (Mateo 5:37). En Australia, un estudio reveló que cuando los padres son incapaces de decir no a sus hijos y ceden vez tras vez a sus de-mandas, estos suelen portarse mal. Bien dice la Biblia: "Un hijo [o hija] sin disciplina avergüenza a su madre" (Proverbios 29:15, Nueva Traducción Viviente). Aunque tenga sentimientos de culpa por la situación en la que se encuentra, no sea permisivo. Yasmin reconoce: "En ocasiones, mi primera reacción es compadecer a mis dos hijos porque no tienen a su padre en casa". Como veremos más adelante, Yasmin no dejó que sus sentimientos —perfectamente naturales— le impidieran actuar con sensatez.
Sea constante. Una revista asegura: "Una clave para prevenir problemas emocionales y de conducta en los hijos es ser predecible
Sea firme y cumpla su palabra
y constante al aplicar la disciplina" (American Journal of Orthopsychiatry). "Mis hijos saben qué disciplina recibirán, pues he hablado con ellos del tema —dice Yasmin—. Cuando se portan mal, trato de reaccionar siempre de la misma manera. Claro, he aprendido a escucharlos primero y luego explicarles con calma cómo afectó a la familia su conducta. Solo después de eso aplico la disciplina que acordamos en un principio.
" Sea razonable y nunca los discipline en un momento de ira. Es cierto que hay que ser firme, pero también hay que ser flexible cuando el caso lo merece. "La sabiduría de arriba", es decir, la que Dios da, es razonable (Santiago 3:17). La persona razonable no se precipita ni se deja llevar por la cólera; tampoco aplica las reglas estrictamente y sin compasión. Primero piensa y quizás hasta ora a Dios sobre el asunto. Eso le permite tranquilizarse y actuar como corresponde según el caso. Si usted es firme, constante y razonable, y da un buen ejemplo, podrá establecer límites que harán de su hogar un verdadero refugio para sus hijos.
Inculque valores morales en sus hijos
"Antes no seguía los principios bíblicos, así que se me hacía muy difícil educar a mis hijos. Pero ahora es mucho más fácil: ahora tengo la Biblia"
(ELIZABETH, DE SUDÁFRICA)
El desafío. La presión de los compañeros en la escuela y el aumento de la inmoralidad en el mundo producen un poderoso efecto negativo en las familias. Para contrarrestarlo, los niños necesitan valores sanos por los cuales regirse; de otro modo es muy poco probable que lleguen a ser adultos responsables, educados y con principios.
Sugerencias. Un gran número de padres solos —incluidos los que hemos citado en esta serie de artículos— han buscado orientación en la Biblia, pues reconocen que contiene la inigualable sabiduría de Dios. Piense, por ejemplo, en lo que dicen las Escrituras sobre el más importante de los principios: mostrar amor sincero.
"El amor es sufrido y bondadoso. El amor no es celoso, no se vanagloria, no se hincha, no se porta indecentemente, no busca sus propios intereses, no se siente provocado. No lleva cuenta del daño. No se regocija por la injusticia, sino que se regocija con la verdad. Todas las cosas las soporta, [...] todas las espera, todas las aguanta. El amor nunca falla." (1 Corintios 13:4-8.)
Cuando los padres tienen esa clase de amor, los hijos se desarrollan a plenitud. Colette escribió: "Constantemente les decía a mis hijos que los quería, que los veía como regalos de Dios y que por eso necesitaba cuidarlos bien. Por su parte, ellos tenían que ser amables y respetuosos conmigo y con su padre [que no tenía la custodia]. Estos principios me ayudaron a crear un ambiente de
Los padres sabios inculcan en sus hijos los sanos valores de la Biblia
confianza y respeto en nuestro hogar" (Salmo 127:3).
Anna escribió: "Cuando mis hijos discuten, les recuerdo lo que Jesús dijo: tenemos que hacer a los demás lo que queremos que nos hagan a nosotros" (Mateo 7:12). Roberto vive un problema que es muy común entre los padres solos. Él comenta: "Los hijos tienen ante sí dos conjuntos distintos de valores: los de un padre y los del otro. En mi caso, sé que cuando tengo que hacer respetar los principios bíblicos, dejo de ser el padre favorito". Además señala: "Quizás el otro les haga regalos a los niños con la intención de ganárselos. Pero aunque la presión por entrar en ese juego es dificil de resistir, lo mejor es ayudarles a comprender que lo que uno les está inculcando tiene más valor".
No siempre es fácil vivir a la altura de las normas bíblicas, pero los resultados valen la pena. Sara, una madre sola de Sudáfrica, dice: "Me da un gusto enorme haber seguido la guía de Dios al criar a mis hijos. Sí, es cierto que tuvimos nuestras dificultades, pero él siempre nos tendió la mano".
Busque la ayuda de Dios
"Cuando mi esposo nos abandonó, le rogué a Dios que nos diera fuerzas, y él escuchó mi oración. Nunca nos ha faltado lo básico. Siempre nos ha dado su ayuda y su guía." (MAK1. DE JAPÓN)
EN EL mundo cada vez más materialista de hoy, la gente apenas piensa en el Creador.
En cambio, él se preocupa por nosotros y quiere que seamos felices. Su sentir se expresa a la perfección en Isaías 41:10: "No tengas miedo, porque estoy contigo. [...] Yo cierta y verdaderamente te ayudaré".
En el artículo anterior vimos la manera en que Dios nos brinda apoyo mediante su Palabra y los valores sanos que contiene (2 Timoteo 3:16). Pero la Biblia es mucho más que una guía. También nos revela la extraordinaria personalidad de Dios y el amor que nos tiene. Como han descubierto infinidad de padres cristianos —con y sin cónyuge—, poner en práctica los principios bíblicos al criar a los hijos nos permite experimentar la bondad de Dios.
Robert, de Austria: " Dios es mejor padre que cualquiera de nosotros. Él sabe lo que necesitan nuestros hijos y cómo protegerlos. Por eso oro tan a menudo con mi hija".
Ayusa, de Japón: "Cuando escucho a mi hijo decir que Dios está con nosotros y que todo
Mamá fue mi inspiración
"Sin importar lo ocupada o lo cansada que estuviera, mamá dejaba todo para venir a mi cama y orar conmigo. Sus oraciones me ayudaron a comprender que yo podía forjar una íntima amistad con Dios." (Amanda, de Estados Unidos.)
¿Le pide a Dios ayuda para criar a sus hijos?
va a salir bien, me doy cuenta de que confía en él, y eso me hace muy feliz".
Cristina, de Italia: "Si un problema parece demasiado grande para mí, le oro a Dios y lo dejo en sus manos. Enseguida me embarga la paz, pues sé que la situación se resolverá de la mejor manera".
Laurentine, de Francia: "Con toda certeza puedo decir que Dios ha bendecido mis esfuerzos por criar sola a mis hijos. Él realmente viene en auxilio de los afligidos y de los huérfanos de padre o madre".
Keiko, de Japón: "Dios es imparcial. Él desea mostrar su tierno cariño a todas las familias, tengan los dos padres o solo uno" (Hechos 10:34).
Reflejando la compasión de Dios y su interés por nosotros, Jesucristo dijo: "Vengan a mí, todos los que se afanan y están cargados, y yo los refrescaré [...], porque soy de genio apacible y humilde de corazón, y hallarán refrigerio para sus almas" (Mateo 11:28-30). No lo dude, Jesús y su Padre, el Creador, quieren que nos sintamos seguros; ellos nos cuidan y protegen. En Salmo 34:8 leemos: "Gusten y vean que Dios es bueno". Dios lo invita a comprobar por usted mismo que sus consejos sí funcionan y que él se preocupa por su bienestar. ¿Aceptará su afectuosa invitación?