Lunes 14 Marzo
Santos Matilde re, Alejandro mr, Lázaro ob, Paulina rl
⦁ Papa Francisco: La luz de la fe: la tradición de la Iglesia ha indicado con esta expresión el gran don traído por Jesucristo, que en el Evangelio de san Juan se presenta con estas palabras: «Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas». En el mundo pagano hambriento de luz, se había desarrollado el culto al Sol. Conscientes del vasto horizonte que la fe les abria, los cristianos llamaron a Cristo el verdadero sol, «cuyos rayos dan la vida». Quien cree ve; ve con una luz que ilumina todo el trayecto del camino, porque llega a nosotros desde Cristo resucitado, estrella de la mañana que no conoce ocaso.
PALABRA:
⦁ Jesús volvió a hablar a los fariseos: «Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida». Le dijeron los fariseos: «Tú das testimonio de ti mismo, tu testimonio no es válido». Jesús les contestó: «Aunque yo doy testimonio de mi mismo, mi testimonio es válido, porque sé de dónde he venido y donde voy; en cambio, vosotros no sabéis de dónde vengo ni adónde voy. Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie; y, si juzgo yo, mi juicio es legitimo, porque no estoy yo solo, sino que estoy con el que me ha enviado, e1 Padre; y en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos es válido. Yo doy testimonio de mí mismo, y además da testimonio de mí el que me envió, el Padre». Ellos le preguntaban: «¿Dónde está tu Padre?». Jesús contestó: «Ni me conocéis a mí ni a mi Padre; si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre». Jesús tuvo esta conversación junto las ofrendas, cuando enseñaba en el templo.Y nadie le echó mano, porque todavía no había llegado su hora.
ORACIÓN:
⦁ Daniel 13, 41c-62; Salmo 22,1-6 • JUAN 8,12-20
⦁ CRISTO, la infinita Misericordia de Dios y la inteligencia del mayor de los hombres resaltan en este episodio evangélico. ¡Qué bien supiste salir airoso de la trampa que te tendieron los fariseos! Conocer a tu Padre, y conocerte a ti, el enviado por Padre para salvar al hombre, es la vida eterna. ¡Cuántas veces vivo como si sólo tuviera esta existencia, como si no hubiera vida eterna, en la que me has preparado un lugar! Gracias Jesús.
⦁ (sigue tu oración personal).