5° Día de la Octava de Navidad
Jueves 29 Diciembre
Santos TOMÁS BECKET ob mr, David re prof,
Martiniano ob, Marcelo ab, Trófimo ob
PALABRA:
Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo primogénito varón era consagrado al Señor», y para entregar la oblación como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones».Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor impulsado por el Espíritu, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomo en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos:luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel». Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María su madre: «Mira, este está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones.Y a ti, una espada te traspasará el alma».
ORACION:
1Juan 2,3-11; Salmo 95,1-6 • LUCAS 2,22-35
JESÚS, con María y José y su ofrenda de pobres, quieres cumplir la Ley, tú que estás por encima de leyes. Aprendo tu ejemplo y admiro tu respeto de lo ordenarlo para todos, sin querer distinciones. (Sigue tu oración personal).
No hay comentarios:
Publicar un comentario