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jueves, 16 de julio de 2015

multimedia olofi,olorún, olódumare

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LOS ATRIBUTOS DEL SER SUPREMO (OLÓDUMARE)





Los atributos del Ser Supremo:

Él es el Creador

Entre los Yorúbás el mito de la creación (faltan los detalles) sostiene, entre otras cosas, que la tierra era un pantano perdido, y Olódúmare y algunas divinidades vivían en el cielo. Pero el acceso entre el cielo y tierra estaba cerrado, por lo que las divinidades del cielo descendían y ascendían por medio del tejido de una araña o una cadena. Ellos frecuentaban la tierra para sus pasatiempos, particularmente para cazar.
Cuando Olódúmare decidió crear la tierra sólida, Él convocó a Órisá-nlá (la divinidad astuta) a su presencia y le encargó ir y crearla. Para los materiales Él le dio alguna tierra suelta en la cáscara de un caracol (o lo ató en una servilleta), y como herramientas, le dio una gallina y una paloma. Órisá-n1á vino al pantano perdido, tiró la tierra delante de su camino y soltó luego a la gallina y la paloma que inmediatamente extendieron la tierra. Así el pantano perdido fue cubierto y se creó la tierra. Órisá-nlá informó a Olódúmare que el trabajo había sido cumplido. Olódúmare despachó entonces al Camaleón para ir e inspeccionar el trabajo. Él vino e inspeccionó, e informó que la tierra era bastante ancha pero no era todavía lo bastante sólida. En la segunda inspección, el Camaleón informó que el trabajo estaba listo para una acción extensiva.
Olódúmare entonces instruyó Órisá-nlá (la divinidad astuta) para ir y equipar la tierra. Cuando él iba, tomó a orúnmila (la divinidad del oráculo) con él como su consultor y consejero. Con el propósito de equipar la tierra, él le dio el primitivo árbol de la palma para ser plantado. Éste era para proveer comida, bebida, aceite y hojas para resguardarse. He también le dio otros tres árboles que estaban llenos de jugo para proporcionar las bebidas para los habitantes de la tierra porque no había lluvia todavía. Además los pájaros originales (la gallina y la paloma)se habían incrementado sobre la tierra.
Después de esto, a Órisá-nlá se le pidió llevar a la tierra dieciséis personas ya creadas por Olódúmare. La cabeza de estos primeros seres humanos era Orelúeré. Para tener más seres humanos sobre la tierra, Olódúmare, instruyó a Órisá-nlá como moldear las formas humanas. Órisá-nlá amoldó formas humanas y mantuvo las cosas inanimadas en un lugar. De vez en cuando, Olódúmare vendría y pondría la vida en ellos. Así, Órisá-nlá podría crear las formas humanas pero ése era todo lo que él podría hacer; el principio de la vida sólo podía darlo el Ser Supremo. Hay otra versión del mito de la creación que es muy popular en Ilé-Ifé, que es el hogar tradicional del Yorúbá. Esto enfatiza el hecho de que, cuando Órisá-nlá fue enviado a crear la tierra, él se embriagó con el vino de palma y se durmió. Odúdúwa, otra divinidad, fue enviado a ir y averiguar lo que había pasado. Cuando él vino y encontró que Órisá-nlá estaba en un sueño ebrio, él recogió las herramientas que le habían dado a Órisá-nlá y ocupando su lugar, furtivamente creó la tierra.
Dos o tres tradiciones aparecen aquí mezcladas juntas, nosotros esperamos examinar este problema más críticamente cuando las dos divinidades (Órisá-nlá u Obatalá y Odúdúwa) se discutan en el siguiente capítulo. De momento, sin embargo, permítanos examinar los detalles perdidos de este mito. Nosotros salimos con la impresión que el mundo fue hecho de materiales preexistentes que el Supremo no había hecho, o que Él ya había hecho antes de que Él ordenara el trabajo en la tierra sólida. Por ejemplo, alguien que lea esta historia críticamente se preguntará ¿Cómo la tierra, los pájaros, la servilleta en que la tierra fue atada o la cáscara del caracol en que fue traída llegaron a ser?. Además, las divinidades ya estaban usando el pantano perdido en que la tierra sólida se extendió como un campo deportivo; ¿de dónde se hicieron los animales y peces que ellos habían estado cazando? El mito también dice que se enviaron dieciséis personas con Orelúeré para ser el primer grupo de personas que venían a ocupar la tierra; ¿Cuándo estas personas fueron creadas? Todo esto apunta al hecho que hay vacíos notables en el mito de la creación.
Pero eliminando todos estos vacíos en el cuento, nosotros descubrimos que los objetivos del mito para explicar alguna tradición esencial, principalmente para dar énfasis al importante hecho que Olódúmare es el Creador del cielo y la tierra y de todos los seres y las cosas. Nosotros encontramos que siempre y dondequiera que una deidad menor de la creación entra en el cuadro, él no tiene ninguna autoridad para actuar. Olódúmare es el único responsable para dar el principio vital o la esencia vital en el hombre Él es el Autor supremo de la creación. Aparte de Él, no hay ningún otro. Por esto él es llamado Elédáá (el Creador)y Elemií (el Dueño de vida). Admirando su trabajo, los Yorúbás dicen: 'Isé Olórun tóbi'('el trabajo de Dios es grande y mítico).
Él es único
Esto significa que Él es el único y no hay ningún otro como Él. Es a consecuencia de su singularidad que las personas no tienen ningún grabado, imágenes o pinturas pictóricas de Él. Hay símbolos o emblemas de Él pero ninguna imagen, nada puede compararse a Él. Esto puede ser una de las razones del por qué los investigadores extranjeros de la religión Yorúbá, han cometido el error de pensar que Él es un Dios retirado y resulta incierto para los hombres (el Deus remotus et incertus).
Él es immortal
El Ser Supremo se llama Olórun Alaaye (El Dios Viviente) porque Él es el eterno-viviente. Es inimaginable para Elemií (el Dueño de la vida), morir. Es una cosa que nunca pasa. En su creencia ellos cantan: ' A ki Igbo ikú Olódumare'('Nosotros nunca oímos hablar de la muerte de Olódúmare'). Él es descrito como el "Óyígíyígi ota aikú" (La gran roca inmóvil que nunca se muere).
Él es omnipotente
Él es Uno con quien nada es imposible. Él es descrito como "Qba a é kan má kú" (el Rey cuyos trabajos se hacen a la perfección). La idea es que cuando el Ser Supremo sanciona algo, se hace fácilmente; pero cuando una cosa no recibe su bendición, se pone difícil, sino imposible. Hay por consiguiente un refrán común: "A dún íse bí ohun tí Olódúmare láciá sí, a Borró íse bí ohun ti Olódúmare kó láwá sí" ("fácil para hacer para quien recibe la aprobación de Olódúmare; difícil de hacer para quien no tiene sanción de Olódúmare"). Esto sugiere que una cosa realmente se hace fácil, una posición realmente se logra fácil, una oración se contesta fácilmente, o un éxito se logra fácilmente cuando esto es aprobado por Olódúmare que es "El omnipotente". Esta es la causa por la que es llamado Olórun Alágbárá (Dios poderoso). Él también es llamado "Qba tí dandan re ki ísélé (el Rey cuyas órdenes nunca se han incumplido). Él es "Aléwí-1ése" es decir, Aquél que propone y dispone cuando y como Él desea. En la realización de la omnipotencia de Olódúmare los Yorúbás dicen: "Aisán lo dún íwó, a kó rí 0lojó sé" ("la enfermedad puede curarse, pero la muerte predeterminada no puede evitarse). Esta declaración implica que los Yorúbás creen que Olójó (el controlador de los eventos diarios), otro nombre del Ser Supremo, ha predeterminado qué pasará a todos en cada momento de su vida aquí sobre la tierra, incluyendo cuándo él morirá. Si una persona está enferma, él puede fácilmente curarlo si el tiempo designado por la muerte no ha venido aún; pero un tiempo de muerte sancionada por Qlójó no puede apartarse. Esta es una demostración de su omnipotencia.
Él es omnisciente
El Ser Supremo tiene conocimiento de todo; Él es sabio, inteligente, todo lo ve y todo lo oye. Él es el "Elétí igbó áróyé" - él es quien siempre está oyendo las quejas de sus criaturas -. Él también es descrito como "A-rínú-róde Olúmó okán" ("el que ve el interior y el exterior de una persona"), ("el que escudriña el corazón"). Él también se cree capaz de ver las cosas ocultas en las situaciones difíciles de entender. Las personas dicen, "Ohun ti ó pamó, ojú Qlórun tó" ("Aquello que las personas esconden es visto por los ojos de Olórun"). Las personas alaban su sabiduría cuando dicen: "Qlórun ló gbón, édá gó púpo" ("Es Dios el que es sabio, las criaturas son muy ignorantes").
Él es Rey y Juez
En su concepción antropomórfica de Dios, los Yorúbás lo ven como defendiendo la posición de un Rey muy importante que también es un Juez imparcial. Ellos lo llaman el Qba Orun (el Rey del cielo) y creen que él lo ve todo. Esto se evidencia en el refrán "Bí Qba ayé kó rí o, ti, óké ríwó ó ("si el rey de la tierra no te puede ver, el Uno sobre él sí puede verte"). Esto muestra su supremacía por encima de los gobernantes terrenales. A él también se refieren como: Qba a dáké dajó; (el Rey que se sienta en silencio y dispensa justicia). Olódúmare como el Creador de todas las cosas y seres también será el Juez de todos. Las acciones de hombres y divinidades no escapan a su aviso y juicio. Todos tienen que cumplir sus órdenes, y fracasar en hacerlo se castiga, así como los buenos hechos se premian. Es creencia de las personas que los buenos seguirán una conducta correcta y los malos seguirán la conducta errónea. Las personas no pueden cosechar sus premios por sus buenos actos o sufrir los castigos durante mucho tiempo por sus malas acciones, pero las consecuencias vendrán. Este juicio está en dos niveles, aquí en la tierra, y después en lo adelante el último juicio que será después, lo hará El Ser supremo.
Él es Transcendente
Las personas creen que el Ser Supremo está alto y muy lejano por sobre las cabezas de todos. Él no es uno entre muchos pero es totalmente otro. Él no está en la línea y archivo de las divinidades, ni puede describirse como el Dios de la naturaleza. Es la conciencia de la posición del Ser Supremo lo que al parecer refuerza la importancia de las divinidades en la religión Yorubá y que lleva a los observadores casuales a concluir imprudentemente que el Ser Supremo es remoto e indiferente a los asuntos humanos y ha sido desplazado por las divinidades. Nosotros necesitamos hacer énfasis en que, aunque el Ser Supremo es transcendente, Él no ha sido sustituido por los hombres. Al contrario, Él se concibe como un ser social interesado en la vida y eventos de las personas. Él no es inaccesible sino suficientemente accesible: no es necesario ningún sacerdote, y en muchas ocasiones no se necesitan intermediarios, ni templos o lugares de culto aparte de Él. Él puede llamarse en cualquier momento y en cualquier parte porque Él es omnipresente. En otras palabras, su transcendencia no gobierna fuera de su immanencia.
En esta posición, Él se concibe y es descrito por los Yorúbá como Atérerekáyé (Quién se extiende por el mundo o quien cubre el mundo entero y hace sentir su presencia al mundo entero). Él también es descrito como: el Ógbigbá tí ágbá aláilárá (El salvador que viene en ayuda del desvalido). Él, quien se cree que cubre todo el mundo y es capaz de venir a ayudar al desvalido en cualquier momento, de Él no puede decirse que ha sido apartado o es indiferente a las personas.
Al analizar lo que observadores casuales de la religión Yorubá han escrito, vemos que ellos acentuaron erróneamente lo siguiente:
(a) Que el Ser Supremo es remoto, perezoso e indiferente a lo que está pasando en la tierra;
(b) Que Él no es adorado;
(c) Que las divinidades, que son los agentes más activos, reciben mejor atención de las personas que el Ser Supremo.
Nosotros discrepamos con estos escritores y decimos que el Dios Yorubá (El Ser supremo) no es remoto. Él oye a las personas siempre que ellas lo llaman. Por ejemplo, ellos le oran cuando van a viajar o cuando van a dormir. Para viajar ellos dicen: "Mo fi Olórun sin ó" (Dios yo oro para que Ud. Me acompañe) y cuando van a dormir: "K'Olórun só wa mójú o" (Permita Olórun nos cuide hasta el amanecer). De Él, quien puede cuidarnos mientras estamos durmiendo, no se puede decir entonces que está dormido, ocioso o remoto. Él, quien puede salvar a alguien de un peligro inesperado, no puede ser indiferente y tibio. En lugar de las valoraciones incorrectas hechas por los observadores casuales, a lo que debe darse énfasis es a la santidad del Ser Supremo y la reverencia que debe acompañar esa santidad.
No es correcto decir que las personas no ofrecen ningún culto al Ser supremo. Si el culto se ve solamente como poner un templo o erigir un santuario para el culto del Ser Supremo, es verdad que a esto se le ha dado poca importancia entre los Yorúbá. Pero sí, en el culto, se le da a la oración, la adoración e invocación una gran importancia, nosotros queremos principalmente señalar, que los Yorúbá sí le rinden culto al Ser Supremo, y su nombre está en los labios de las personas en todo momento en las oraciones, los actos espontáneos de acción de gracias y por las bendiciones recibidas, en los juramentos y en los proverbios. Es lamentable que algunas personas que escriben sobre la religión Yorúbá no puedan apreciar la interacción entre la cultura en general y las creencias religiosas del pueblo. Ellos no saben, por ejemplo, que la sociedad de Yorúbá es jerárquica y esa gran importancia está supeditada a la vejez y a las posiciones de autoridad de estas personas. En el protocolo Yorúbá era (y en gran parte todavía es) no correcto para una persona joven acercarse a una persona mayor directamente cuando él quiere un favor especial. En la casa, en la práctica, las madres son más accesibles a los niños que los padres. Los niños dicen sus necesidades a su madre que después los discute con su padre. Esto no significa que el padre esté alejado o desinteresado de los asuntos del niño. De la misma manera, un muchacho que hace mal a un mayor, éste apela a otro mayor para que hable en su nombre con la persona que le hizo el daño, la cual goza de gran estima por el muchacho.
Nosotros podemos deducir de las ilustraciones extensas del reino secular, en la estructuración de la política Yorúbá, que el Óba es la cabeza tradicional de su pueblo, el pontífice máximo y el representante de los antepasados. En las cosas seculares y religiosas, él tiene la última palabra. Muchos festivales empiezan y acaban delante del palacio del oja Óba (el mercado de Qba) y en ocasiones especiales, el Óba realiza ciertos rituales. Incluso cuando él no esta físicamente presente, hay algunos designados por tradición para actuar en su nombre. Además, debido al status sagrado del Óba, los asuntos no se tratan como una regla, sino que se va directamente a ellos pero a través de los jefes menores (el kékeré del Óba), quiénes actúan como intermediarios.
Estas analogías no pueden llevarse demasiado lejos. Un padre terrenal por ejemplo, no puede igualarse con el Ser Supremo, no puede tampoco ser mantenido rígidamente que cada apelación a un padre o al Supremo tiene que ser canalizada a través de un intermediario. El Supremo no puede ser concebido como un gran Jefe inaccesible. Eso es lo que nosotros queremos decir al enfatizar que la estructura jerárquica, como es concebida por el Yorúbá, tanto en la esfera terrenal así como en el reino espiritual. Esto es a la luz de lo que nosotros podemos entender del status del Ser Supremo y la posición de las divinidades en el concepto religioso de los Yorúbás. Ellos saben que hay un Ser Supremo que es el Creador, el Gobernante del universo y el que determina el destino. El reino de este mundo es uno teocrático en el cual, el Ser Supremo es Él mismo la cabeza, mientras las divinidades, que no tienen una existencia aparte de él, son sus intermediarios y funcionarios.




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