Salterio lª Semana. TomoI Adviento/ 1°
Jueves 01 Diciembre
Santos Nahún prof Florencia vg, Eligio ob,
Edmundo, Radulfo y Alejandro pbs mrs.
Beatos Juan deVercelli pb, Carlos de Foucauld pb
Papa Francisco: En el pasaje evangélico de Mateo (7,21.24-27), el Señor dice que quien «escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa
sobre roca». Al fin de cuentas se trata de una ecuación matemática: conozco la Palabra, la pongo en práctica, estoy construido sobre roca. La cuestión esencial, sin embargo es: ¿cómo la llevo a la práctica? Aquí está el mensaje de Jesús: ponerla en práctica como se construye una casa sobre roca. Y a esta figura de la roca se refiere el Señor. La roca es Jesucristo, la roca es el Señor. Una palabra es fuerte, da vida, puede seguir adelante, puede tolerar todos los ataques si esta palabra tiene sus raíces en Jesucristo. En cambio, una palabra cristiana que no tiene sus raíces vitales, en la vida de una persona, en Jesucristo, es una palabra cristiana sin Cristo. Y las palabras cristianas sin Cristo engañan, hacen mal. Cuando las palabras cristianas no tienen a Cristo comienzan a ir por el camino de la locura. Que el Señor nos alcance esta gracia de la humildad de decir palabras con Jesucristo. Fundadas en Jesucristo.
PALABRA:
Dijo Jesús a sus discípulos: «No todo el que me dice "Señor, Señor" entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo. El que escucha estas palabras mías y
las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca. El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente».
ORACIÓN:
Isaías 26,1-6; Salmo 117,1.8-9.19-21.25-27 • MATEO 7,21.24-27
JESÚS, no te valen palabras huecas que no respondan a una vida fundada sólidamente en ti. Si te invoco como Señor, he de ser tu siervo consecuente que hace lo que agrada a su Señor, que cumple la voluntad de Dios. De este modo, mi fe será como la casa del hombre prudente que edificó sobre la roca: esa roca eres tú, contra quien no pueden lluvias de promesas humanas, ríos desbordados de riquezas, ni vientos de novedades que amenazan la sólida vida cristiana. Tú me das esa fuerza para servirte con las obras de misericordia en favor de los más necesitados. (Sigue tu oración personal).
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