MIÉRCOLES 6 ABRIL
Santos Guillermo ab, Gala vd, frene° Eutiquio ob
*Papa Francisco: [Tanto amó Dios al mundo...]. «Padre, tengo muchos pecados»; y la invitación que he hecho siempre es: «No temas, ve con Él, te está esperando, Él hará todo».
Cuántas propuestas mundanas sentimos a nuestro alrededor. Dejémonos, sin embargo, aferrar por la propuesta de Dios; la suya es una caricia de amor. Para Dios no somos números, somos importantes; es más, somos lo más importante que tiene; aun siendo pecadores, somos lo que más le importa.
PALABRA:
Dijo Jesús a Nicodemo: «Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que
creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios».
ORACIÓN:
Hechos 5,17-26; Salmo 33,2-9 • JUAN 3,16-21
JESUCRISTO, tu palabra de hoy es de gozo y de esperanza. Porque el Padre te envió para que yo no perezca, para que tenga vida eterna, para que me salve y me una a ti para siempre. ¡No hay Misericordia más grande! (Sigue tu oración personal).
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único
para que no perezca ninguno de los que creen en él,
sino que tengan vida eterna.
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