MIÉRCOLES 24 FEBRERO
Santos Etelberto cf, Modesto oh, Pedro Palatino mr. Beata Ascensión Nicol vg
Papa Francisco: Jesús no ha venido a enseñar una filosofía, una ideología..., sino una «vía», una senda para recorrerla con ÉL Esta es nuestra alegría: caminar con Jesús. Y esto no es fácil, no es cómodo, porque la vía escogida por Jesús es la vía de la cruz. Mientras van de camino, Él habla a sus discípulos de lo que le sucederá en Jerusalén: anuncia su pasión, muerte y resurrección. Y ellos se quedan «sorprendidos» y «asustados». Sorprendidos, cierto, porque para ellos subir a Jerusalén significaba participar en el triunfo del Mesías, en su victoria, como se ve luego en la petición de Santiago y Juan; y asustados por lo que Jesús habría tenido que sufrir, y que también ellos corrían el riesgo de padecer. Nosotros sabemos que Jesús ha vencido, y no deberíamos tener miedo de la cruz, sino que,más bien, en la Cruz tenemos nuestra esperanza. No obstante, también nosotros somos humanos, pecadores, y estamos expuestos a la tentación de pensar según el modo de los hombres y no de Dios.
PALABRA:
Mientras iba subiendo Jesús a Jerusalén, tomando aparte a los Doce, les lijo por el camino: «Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y lo condenaran a muerte y lo entregarán a los gentiles, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; y al tercer día resucitará». Entonces se le acercó la madre de los zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: «¿Qué deseas? EIla contestó: «Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, derecha y el otro a tu izquierda». Pero Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís. ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?». Contestaron: «Lo somos. ÉL les dijo: «Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi padre». Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos».
ORACIÓN:
Jeremías 18,18-20; Salmo 30,5-6.14-16 • MATEO 20,17-28
CRISTO, el momento no podía ser más inoportuno, cuando tú acabas de anunciar tu pasión. Y la petición, de lo más egoísta. Por eso, no me extraña la reacción de los otros apóstoles: indignados contra los dos hermanos. Mi reacción hubiera sido la misma. ¿Y la tuya? Ni los dos se portaron bien, ni los diez reaccionaron como discípulos tuyos."No será así entre vosotros". Viniste a servir con misericordia. Servir será la bendita obsesión de quién quiera seguirte. Tomo nota y me quedo con la lección para hacerla vida. (Sigue tu oración personal).
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