MARTES (ML) 23 FEBRERO
Santos POLICARPO oh mr, Milburga ab.
Beata Rafaela Ybarra mf rl
Papa Francisco: La tentación de la codicia siempre está presente. También la encontramos en Ia gran profecía de Ezequiel sobre los pastores (cf. cap. 34), comentada por san Agustín en su célebre discurso que acabamos de leer en la Liturgia de las Horas. La codicia del dinero y del poder. Y para satisfacer esta codicia, los malos pastores cargan sobre los hombros de las personas fardos insoportable que ellos mismos ni siquiera tocan con un dedo (cf. Mt 23,4). Somos todos pecadores y también nosotros podemos tener la tentación de «apoderarnos» de la viña, a causa de la codicia que nunca falta en nosotros seres humanos. El sueño de Dios siempre se enfrenta con la hipocresía de algunos servidores suyos. Podemos «frustrar» el sueño de Dios si no nos dejamos guiar por el Espíritu Santo. El Espíritu nos da esa sabiduría que va más allá de la ciencia, para trabajar generosamente con verdadera libertad y humilde creatividad.
PALABRA:
Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid Io que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hace lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a Ia gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar.Todo lo que hacen es para que los Vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros.Vosotros, en cambio, no os dejeís llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sus hermanos.Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar consejeros, porque uno solo es vuestro consejero, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servicio El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».
ORACIÓN:
Isaías 1,10.16-20; Salmo 49,8-23 • MATEO 23,1-1
CRISTO, aquí me tienes embelesado ante tu Palabra. Cada día es mi alimento. Cada jornada me señala el camino. Tengo o tuve un padre en la tierra. Pero el Padre, mi Padre, es el que comparto contigo. Él es el origen de todo lo bueno que puedas ver, mi vida. Todo es fruto de su amor misericordioso hacia mí. En cuanto a los consejeros, sólo eres mi Consejero: Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón. Mansedumbre es paz, es amor, es paciencia, tan necesarias para la convivencia. Humildad es el punto de partida para iniciar mi conversión, aprendiendo de ti. (Sigue tu oración personal).
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